En la cima de un monte de la provincia de Trapani se encuentra este borgo medieval. Para muchos uno de los más bellos de Sicilia. Acompáñame en una caminata al atardecer donde vamos a descubrir qué hacer en Erice.
Erice era uno de los lugares que me recomendaban visitar cada vez que alguien se enteraba que estaba por viajar a la región más austral de Italia. Como Trapani y San Vito Lo Capo eran dos de las etapas de nuestro viaje de tres semanas por Sicilia decidimos incluirlo en el itinerario.
ÍNDICE:
Llegar a Erice
Luego de un día de playa el plan era visitar Erice con el objetivo de disfrutar de uno de los atardeceres que más prometían de la costa oeste siciliana. Subimos al auto y nos emprendimos a recorrer los 40 kilómetros que nos separaban de este pueblo del que tanto nos habían hablado.
Era agosto. Y no sólo eso, sino que era la semana de Ferragosto. ¿Qué significa? Que cualquier rincón de Italia al que uno decidiera visitar se iba a encontrar con mucha más gente de la que se hubiera imaginado y Erice no era la excepción.
Ni bien llegamos al monte donde se encuentra Erice empezamos a ver las primeras filas, en este caso de coches, que protagonizarían el día. Fue una tarde de suerte porque sin dar muchas vueltas conseguimos un lugar para dejar la macchina en uno de los estacionamientos públicos al ingreso del pueblo.
¡ATENCIÓN! Que público no es gratuito. Deberás contar con efectivo o tarjeta para pagar tu permanencia en los parquímetros. Debes hacerlo ni bien haz estacionado y dejar dentro del coche el ticket.
Como alternativa para llegar a la cima del monte está la funivía que conecta Trapani con Erice. Desde donde seguramente el viaje va acompañado de unas vistas mozzafiato de la ciudad y su mar, pero tendré que volver para confirmarlo. Otra opción, además del transporte público, es subir a pie siguiendo el sendero de Santa Ana.
¿Qué hacer en Erice?
Arrancamos nuestro recorrido por Erice caminando hacia el Castello di Venere y disfrutando de una de las vistas más bellas. El paisaje con la Torretta Pepoli que asomaba entre los árboles y la bahía con el Monte Cofano de fondo, era alucinante.
Junto al castello se encuentra el Giardino del Ballo que es el punto elegido para ver el sol esconderse entre las islas Egadas hasta desaparecer en el horizonte. Además, desde allí se pueden ver la ciudad de Trapani y las salinas. Y si, fue aquí otro de los sitios donde Ferragosto no pasó desapercibido.
Si bien había sido un día soleado, el atardecer no fue de los más espectaculares. Así que sin esperar mucho nos fuimos a caminar por las calles del pueblo. Luego me explicaron que en esa zona de la isla de Sicilia se produce un fenómeno de niebla al atardecer y por eso el sol casi ni lo veíamos.
A mi entender hay una única manera de recorrer Erice: sin rumbo. Y así fue como lo hicimos.
Es un pueblo pequeño por lo que no necesitamos mucho tiempo para caminarlo. Seguíamos el silencio y era allí donde nos encontrábamos con la mejor versión del lugar. Calles y muros de piedras y ladrillos. Todo parecía tener el mismo color que por momentos brillaba con los últimos haces de luz del día. Faroles. Flores. Ventanas con postigos y techos a tejas completaban el paisaje de la cara más bella de Erice.
Al rato de caminar sintiendo nuestros pasos comenzábamos a escuchar a lo lejos el ronroneo de conversaciones que se entremezclaban. Y otra vez Ferragosto nos explotaba en la cara.
Ciudad Medieval
Erice es una ciudad medieval que aún conserva parte de su muro y sus puertas. Con una forma casi triangular hace que recorrerla sea sencillo. En cada uno de los ángulos de este triangulo se encuentran algunas de sus principales atracciones: El Duomo, el barrio español (donde se hospedaban los soldados españoles) y, el ya mencionado, Castillo de Venus.
A lo largo del paseo por Erice, el Monte del Señor, te irás topando con algunas iglesias. Podrás apreciar sus estilos arquitectónicos remontándote a diferentes momentos de la historia. En sus interiores encontrarás obras de artistas que han pasado por la ciudad dejando su huella.
¡A la fila!
La lista de cosas que quería hacer en Erice incluía probar los genovesi di Erice, sus dulces típicos, en las Pasticceria del Convento o de Maria Grammatico. Además, había incluido como tercera alternativa la Pasticceria San Carlo. En el hotel me habían dicho que era la mejor.
Cuando te dije que las filas sería protagonistas en este recorrido me preguntaba qué tan rico será las genovesas porque, como te podrás imaginar, el ingreso de cada pasticceria estaba decorado por una hilera de turistas buscando lo mismo que yo. Y tengo una regla: no hago filas para comer. Alguna vez lo he hecho y el tiempo de espera sólo aumenta las expectativas que terminan jugando en contra de lo que sea que haya ido a probar.
Continuamos caminando y llegamos a la Piazza della Loggia. Rodeada de mesas y grandes sombrillas blancas, con el Municipio como principal edificio, podíamos decir que estábamos el centro de Erice.
Las calles en los alrededores se sentían vivas. Otra vez el rumor de conversaciones ajenas y gente que caminaba de un lado a otro. Cada tanto aparecía un local tentándonos a entrar para comprar algún recuerdo. Pero de este borgo medieval nos fuimos con las manos y la panza vacía.
El lado positivo de esta visita un poco trunca es que tengo más de una razón para regresar a Erice.
Conclusión
Así como me lleno de expectativas esperando en una fila para comer, lo mismo me sucede cuando llego a un sitio que tanto me han recomendado. Con el tiempo he ido entendiendo que esos lugares tienen su lado B: el turismo en masa.
Llegar a un destino donde por momentos se hace difícil caminar o visitar algunos de sus lugares icónicos, o incluso casi imposible sentarse a comer hace que la magia del lugar (para mi) pierda su encanto.
Erice es de esas ciudades que reciben turismo durante todo el año, aún más en temporada alta. Teniendo en cuenta el período en el que vayas, organízate para evitar las masas. Por ejemplo yendo temprano a la mañana y dejando el atardecer para otra oportunidad.
En mi caso la multitud de Ferragosto opacó el atractivo de Erice que sí es uno de los pueblos más lindos de Italia. No fue amor a primera vista. Un poco como me sucedió con Toarmina al inicio de esta ruta. Pero bueno, tampoco lo fue Roma y supe darle otra oportunidad que revirtió mi fascinación por la ciudad. Lo mismo haré con Erice.
Espero que este recorrido por Erice te haya gustado y te ayude a organizar tu viaje por este rincón siciliano. No dudes en escribirme si tienes alguna consulta.
Buon viaggio!
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